"La vida nace muy cerca de la tierra y muere cerca del corazón del hombre"
Gracias a los buenos oficios de la Academia de Sommeliers de Venezuela, estuvo de nuevo en el país la sabia enóloga española María Isabel Mijares. Unos setenta amantes de las artes de la vid tuvieron la suerte de escucharla en el Hotel Tamanaco en Caracas, entre el 14 y el 18 de mayo pasado, en el curso “Análisis sensorial, sensual y sensitivo del vino”.
Miembro de la Academia Española de Gastronomía y Chevalier de la Orden del Mérito Agrícola del Gobierno de Francia, Mijares ha sido secretaria general de la Unión Internacional de Enólogos, vicepresidenta de la Unión Española de Catadores, vicepresidenta de la Unión Española de Sumilleres, vicepresidenta de la FIJEV (Federación Internacional de Periodistas y Escritores del Vino), presidenta de Equipo TEAM, asesor técnico Principal en Proyectos Vitivinícolas de la ONU y un larguísimo etcétera que no empaña la cálida sencillez de esta enóloga dedicada a esa mágica fruta “que nace muy cerca de la tierra y muere cerca del corazón del hombre”.
Mijares comenzó su curso estableciendo el recorrido que hace la uva del viñedo al vino, argumentando que es imposible hablar de caldos sin conocer su origen. En adelante sus disertaciones rondaron diversos temas: la viticultura; los factores vitícolas que afectan la calidad; las variedades de vid y sus cepas, su expresión sensorial; la influencia del terroir (terreno) en las evaluaciones sensoriales del vino; el proceso de elaboración de los vinos blancos, rosados, tintos, espumosos y especiales; las técnicas de cata y análisis sensorial; la denominación de origen, ventajas y desventajas.
Formada en el Instituto de Enología de la Universidad de Burdeos, Mijares reconoce que el vino se ha puesto de moda: “Sin embargo, hace falta mucha formación, todo el mundo bebe vino, todos quieres entenderlo y eso supone un esfuerzo. Por eso en este momento es más necesario que nunca que expliquemos un poco los fundamentos, para que se parta de bases sólidas, de lo contrario, dentro de nada habremos desorganizado totalmente este mundo vínico”.
Mijares, que ha remozado el lenguaje de la cata y asegura que el vino tiene alma, salta sin resquemor los husos horarios volcada a la docencia: “Para mi el vino no es un esfuerzo, es mi vocación, mi vida. Lo explico igual en España que fuera. Cada vez hay una mayor necesidad de intercambio, de conocer los vinos del mundo. Creo que quien se quede anclado en lo que conocía hace diez años, está atrasado, porque el mundo del vino es dinámico. Los países tradicionales en materia de vino, como España, tenemos mucho que aprender de los países emergentes y ellos de nosotros. Por eso me parece tan importante la labor que están haciendo la Asociación Venezolana de Sommelies y la Academia de Sommeliers de Venezuela, una escuela que posiblemente está mucho más desarrollada que algunas otras de países vinícolas importantes. Habría, entonces, que extender esa labor a todo el país”.
©Jacqueline Goldberg.
Publicado en la revista Papa & Vino. No. 9. Maracaibo, 2007.
©Foto: Liliana Martínez
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